El Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Rancagua condenó a Héctor Patricio
Briones Arias a la pena de 12 años de presidio efectivo, en calidad de autor
del delito consumado de homicidio simple. Ilícito perpetrado en julio de
2017, en la ciudad.
Tras un  fallo unánime  y además, a Briones Arias las
accesorias legales de inhabilitación absoluta perpetua para derechos
políticos y la inhabilitación absoluta para cargos y oficios públicos
durante el tiempo de la condena, más el pago de las costas del proceso.
Además, el tribunal condenó al acusado a 541 días de presidio como autor del
delito de robo por sorpresa.
Una vez que el fallo quede ejecutoriado, el tribunal dispuso que se proceda
a la toma de muestras biológicas del sentenciado para determinar su huella
genética e inclusión en el registro nacional de ADN de condenados.
El tribunal dio por acreditado, más allá de toda duda razonable, que pasadas
las 2 horas de la madrugada del 20 de julio de 2017, “la víctima E.G.L.M.O.,
caminaba junto a tres amigos por calle Francia de esta ciudad, cuando fue
abordado por un sujeto que se desplazaba en bicicleta, que les pedía dinero,
alcohol o cigarrillos, a lo que se negaron. La víctima caminaba detrás de
sus amigos, cuando el individuo que se desplazaba en bicicleta se le acercó
de nuevo, instante en sus acompañantes escucharon un golpe y al ver hacia
atrás verificaron que E.M. intentaba correr, lo que no logró pues les
advirtió que había sido apuñalado, mientras el sujeto en bicicleta se
retiraba gritando improperios. E.M., se desvaneció en el lugar, siendo
auxiliado por sus amigos, falleciendo en el recinto hospitalario como
consecuencia de una lesión consistente en una herida corto punzante
penetrante torácica del tipo homicida”.
En tanto, alrededor de las 17.15 horas del 1 de agosto de 2017, una menor de
edad transitaba por calle Lourdes en dirección hacia el polideportivo de ese
sector junto a una amiga, momentos en los cuales de manera sorpresiva se
acercó Briones Arias, quien le tomó su mano izquierda que tenía en el
bolsillo de su polerón en el cual mantenía su teléfono celular de color
negro, arrebatándoselo y huyendo con el aparato en su poder.

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