Escrito Por: Marcela Reyes General Docente del Área Educación IP-CFT Santo Tomás Rancagua
Escrito Por: Marcela Reyes General- Docente del Área Educación- IP-CFT Santo Tomás Rancagua

¿Hace cuánto tiempo que no va al teatro, pinta, baila o canta con su hijo pequeño? Esta pregunta nos da mucho para pensar en relación a la posibilidad que brindamos a nuestros hijos, nietos o niños que están a nuestro cargo, de vivenciar el maravilloso mundo de la expresión artística. Qué mejor que lo haga con un adulto significativo, como lo es usted.

En el marco de la Semana de la Educación Artística, sepa que a temprana edad, el Arte en todas sus facetas les da la posibilidad de expresar sus emociones, aumentar su autoestima, desarrollar actividades que les permiten relacionarse con sus pares y trabajar el área motora, entre otras habilidades.

Además, es un medio de expresión para aquellos que, debido a la falta de un lenguaje oral, no logran interactuar con su entorno; les permite manifestar sus emociones con sus padres o cuidadores, estados de ánimo o incluso miedos o traumas vividos, los cuales plasman en sus obras, sus acciones, juegos y vivencias de expresión.

En la primera infancia, el niño se está formando un esquema mental del mundo que lo rodea, adquiriendo imágenes, conceptos, colores, aromas y sonidos. Y el Arte en todas sus expresiones lo lleva a plasmar, ordenar y estructurar su propia forma de ver el mundo y su relación con éste.

El desarrollo del Arte a temprana edad permite al niño ir formando un ser creativo, reflexivo y crítico, no desde el punto destructivo, sino desde la apreciación de la belleza, de la técnica, del producto y su contacto emocional con él.

No es lo mismo permitir el libre uso de la pintura, por ejemplo, que decirle que pinten dentro de un círculo de color rojo o que trabajen con plasticina para hacer una figura humana. Si bien es cierto en estas actividades estamos entregando contenidos o desarrollando habilidades, no estamos permitiendo liberar su ser interior y le estamos dando nuestro concepto. Esto es, si un niño plasma en una pintura el cielo rosado, ¿por qué nosotros le vamos a decir que lo tiene que pintar celeste? Él ve el mundo con otros ojos. La etapa esquemática viene después de los 9 años, pero antes les debemos entregar la posibilidad de vivir su propia experiencia con el mundo: verlo, sentirlo y disfrutarlo con sus propios ojos, no con los nuestros.

Los niños entre los 0 y 7 años están en una etapa concreta, por lo que conocer a través de todos sus sentidos, no sólo el tacto, llevarlos a ver obras de artes, esculturas, recitales, pasear por un jardín y permitirles ver, oler, escuchar y tocar los hace experimentar nuevas vivencias que van a ir reteniendo para su futuro. No por ser pequeños no pueden disfrutar de una exposición o de un ballet, es nuestra labor buscar lo más indicado para cada uno de ellos.

Es por esto que los invito a dar a sus hijos la posibilidad de experimentar diferentes formas de arte y participar con ellos en talleres, visitas y exposiciones. El mundo tecnológico nos abre una ventana con muchas posibilidades que podemos realizar en familia, sin tener que desembolsar mucho dinero y lo mejor de todo tener un tiempo de calidad con nuestros niños. ¡Apaguemos el televisor, cortemos el internet y pongamos a volar la imaginación y la expresión!

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