Está bastante bien documentado de que un estilo de vida activo es un factor protector contra las enfermedades no transmisibles y que la disminución de la actividad física podría tener un impacto negativo en el manejo de los problemas de salud crónicos, así como en condiciones metabólicas, pulmonares y de especialidad médica.

Mantenerse activo es una de las vías más eficaces para promover la salud física y mental, y lo que es fundamental bajo el contexto actual, reforzar el sistema inmune. Diversas condiciones médicas que aumentan el riesgo de desarrollar covid-19 grave pueden ser mitigadas gracias a ella. Asimismo, debemos tener presente que la inactividad se asocia a muchas condiciones de salud como diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares, osteoporosis, fracturas, demencia e incluso ciertos tipos de cáncer. También a una mayor incidencia de ansiedad y depresión.

Francisco Guede Rojas. Kinesiólogo, Dr. En Ciencias del Ejercicio. Facultad de ciencias de la rehabilitación. Universidad Andrés Bello
Francisco Guede Rojas.
Kinesiólogo, Dr. En Ciencias del Ejercicio.
Facultad de ciencias de la rehabilitación.
Universidad Andrés Bello

El covid-19 ha afectado gravemente nuestra salud psicológica y física, especialmente en las personas con mayores factores de riesgo y ejercitarse contribuye tanto a la prevención de sus síntomas como a su tratamiento. En términos generales se recomienda la realización de actividades cardiovasculares como caminar, subir escaleras, trotar o correr. Además, actividades relacionadas con el fortalecimiento muscular.

Su intensidad y frecuencia está asociada, entre otros factores, a la edad de la persona. Por ejemplo, los adultos deben hacer ejercicio con una frecuencia de 2 a 3 veces por semana abarcando como mínimo 150 min con intensidad moderada, o 75 min semanales de intensidad alta. En adultos mayores adicionalmente se recomiendan ejercicios de equilibrio. Los adolescentes o niños preescolares deben realizar entre 60 y 180 min con intensidad moderada.

Es importante considerar que, aunque se han disminuido las medidas restrictivas, el virus del covid-19 sigue presente. La mayoría de las personas que desarrollan la enfermedad se recuperan completamente; sin embargo, entre un 10% a 20% experimentan diversas complicaciones a mediano y largo plazo después de recuperarse del cuadro inicial. Por esta razón, el reintegro a la actividad física y/o deportiva debe ser gradual y supervisado por profesionales especialistas.

Teniendo en cuenta la evidencia actual, los ejercicios aeróbicos y ejercicios de fuerza son los más indicados para personas convalecientes de covid-19. Según estudios, ejercicios como caminar o pedalear, deben realizarse por aproximadamente 30 min por sesión, preferentemente combinados con ejercicios de fuerza con una frecuencia de 3 a 5 veces por semana. En todos los casos, la intensidad y el volumen deben ser graduales y progresivos durante el programa de entrenamiento y siempre considerando la tolerancia del paciente.

Cada uno, en su medida, debe buscar la forma de avanzar hacia estilos de vida más saludables.

 

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