Hoy es considerada como una enfermedad crónica, por lo cual se busca enfrentarla con medidas de detección y por sobre todo de prevención.Hace poco más de una semana el Ministro de Salud, Emilio Santelices, dio a conocer los resultados y acciones efectuadas en torno al Plan Nacional de VIH, producto de un trabajo colaborativo -entre el Ministerio, organizaciones sociales, colegios profesionales y sociedades científicas, entre otros-  con miras a enfrentar al aumento creciente de casos en el país, focalizado principalmente en jóvenes entre 15 y 29 años de edad.

En la evaluación nacional, el ministro Santelices destacó la gran cantidad de personas que hoy se están tomando los exámenes y las medidas que se han adoptado, pero además enfatizó que se está instalando un nuevo “lenguaje y cultura en relación al VIH, que es lo que buscamos sobre esta enfermedad crónica, que cualquiera puede adquirir, por lo que no debe ser objeto de estigmatización. Vamos a tener que aprender a convivir con ella y enfrentarla por medio de la prevención”.

La Región de O’Higgins no ha estado ajena a esta realidad, es así como se está implementado en los Cesfam y hospitales de baja complejidad el test rápido de tamizaje para VIH, para lo cual durante el año 2018 se capacitaron a más de 140 profesionales “y sólo en el mes de marzo otros 200, con lo cual esperamos contar a fin de año con un recurso humano de más de 500 personas, capacitados tanto en la toma como en la entrega de los test rápidos”, explicó el  asesor encargado del Programa VIH/ITS de la Dirección de Atención Primaria del Servicio de Salud O’Higgins, Salomón Matus.

Agrega que estas capacitaciones son aún más importantes, tomando en cuenta que al haberse acortado el acceso al test, de 4 pasos a uno, al entregar la consejería en forma posterior al examen, se requiere que la rapidez vaya acompañada de una adecuada información. “Hoy en día, quien quiera realizarse el test en algún centro asistencial de nuestra red, sólo tiene que acercarse al laboratorio, donde le hacen la orden y le toman de inmediato el test y sólo debe esperar 15 minutos para obtener el resultado, que en caso de ser positivo debe ser confirmado por Instituto de Salud Pública”.

“Para ello -precisa Matus- logramos aumentar los tiempos destinados en los laboratorios para el proceso de toma de muestras, luego de solicitar a la red que existiera un tiempo continuado y no estuviera acotado a días u horas”. Lo positivo del test rápido es que mejora el acceso al diagnóstico oportuno a las personas, ya que no requiere de equipamiento ni infraestructura adicional y por ello puede ser realizado en los establecimientos de atención primaria, redes de baja, mediana y alta complejidad, así como establecimientos particulares, organizaciones sociales y centros comunitarios, que cuentan con autorización sanitaria.

Es así como el test rápido también se ha aplicado fuera de los establecimientos asistenciales “principalmente en actividades promocionales con la Seremi de Salud, ya que la idea es acercarse a la comunidad y darle este acceso, que es mucho más eficiente, entendiendo que hay un período de ventana y que deben igualmente promover las medidas de prevención y las consejerías de salud sexual, de tal forma que nuestros usuarios no sólo no se contagien del virus, sino que también tengan un cuidado integral de su salud”.

Lo importante es que hoy el test de VIH se toma en todo ciclo el ciclo de vida, desde la embarazadas “donde buscamos reducir la transmisión vertical, lo que hemos logrado con creces”, como también en los adultos mayores, en los hombres, que muchas veces tenían menos posibilidades de realizárselo, y especialmente en los adolescentes.

Es en estos últimos, donde la consejería adquiere un rol aún más relevante ya que “no sólo se busca el que sean diagnosticados -afirma Salomón Matus- ya que entendemos que tenemos un rol desde la promoción y prevención en la salud sexual, ya que esperamos que nunca sean pacientes, es importante aquí el uso del preservativo y el abordaje en distintas orientaciones y actividades sexuales, sobre todo considerando que se modificó la ley, para que los adolescentes, desde los 14 años, pudieran acceder en forma autónoma a los exámenes”.

Finalmente, el profesional concluye que, si bien este es un tema a largo plazo, hoy las personas han perdido el miedo a acercarse y tomarse el examen, “cuando salimos a la comunidad los usuarios están dispuestos a hacerse el test y especialmente los jóvenes que ha tenido una mayor factibilidad de acercarse. Las personas se están concientizando que esto no es un estigma sino una enfermedad, que tiene tratamiento y que, a través del GES, hay una protección financiera para obtener ese tratamiento; lo importante es informarse, tanto para prevenir como para tener el trato requerido”.

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