Comisiones Unidas de Hacienda y Trabajo

El parlamentario por la región de O’Higgins valoró la expulsión del sacerdote Cristian Pretch y la aceptación de las renuncias de los obispos de San Felipe y Chillán, sin embargo, considera que “aún es totalmente insuficiente”

   Como una medida “completamente valorable, pero aún insuficiente” calificó el diputado Raúl Soto, la expulsión Cristian Pretch del sacerdocio, decisión tomada directamente por el Papa Francisco, además de aceptar la renuncia de los obispos de San Felipe y Chillan durante el pasado viernes.

 El diputado Soto consideró estas medidas como “un buen comienzo”, sin embargo solicitó a la iglesia y al  Papa Francisco “tomar  medidas  mucho más drásticas, para que de una vez por todas, la iglesia católica pueda transparentar  cada uno de los casos  de abuso que han sido  investigados de forma interna, aquellos que han sido  encubiertos, aquellos que nunca han llegado  a la justicia  civil”.

  En la misma línea, el parlamentario explicó que “transparentar la información es la única forma de establecer todas aquellas  expulsiones  que se requiera en esta materia  y aceptar todas aquellas renuncias  de obispos que quedan pendientes. Solo así, se puede entregar una señal clara, concreta  de una iglesia que  busca recuperar la confianza  en el país, en la ciudadanía, que busca volver  a legitimarse y que  busca también justicia  y verdad para los cientos de niños y niñas  y adolescentes que han sido  abusados sexualmente”.

 A juicio de Soto, se necesita “mucha más pro actividad  de parte de la iglesia  católica, en orden a  colaborar con la justicia para que no solamente tengamos  sanciones eclesiásticas a los abusadores y  los encubridores, sino que además, se hagan  las denuncias correspondientes  en la justicia  civil, permitiendo que se realicen las  investigaciones  judiciales, y que por lo tanto ,  podamos tener  también condenas y sanciones  penales que sean ejemplificadoras,  y que permitan  de una vez por todas  tener justicia y  que los abusadores y sus encubridores, paguen con pena de cárcel  los delitos cometidos”.

Finalmente, Raúl Soto, señaló que “solo así podremos creer en una iglesia reinventada, en una iglesia  que obviamente  va a volver a poner  al centro de su acción  el legado de Jesús y  por supuesto  la dignidad de la persona”.

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