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SOL QUINTANILLA FLORES

Vengo mirando mientras se apagan los multicolores de las luces del mundial, aquellas noticias que “pasaron piola” y ganaron anonimato detrás del grito de los goles en Rusia. Y una vez más el premiado en noticias que dan vergüenza se lo lleva la justicia chilena. Escojo sólo una porque es la más personal, la que tiene que ver sólo con una mujer y no con millones de pesos estafados, finalmente, a todos los chilenos.
Me refiero a la rebaja de condena a Mauricio Ortega,  el agresor de Nabila Rifo. La justicia chilena,  que se mira el ombligo y se encuentra perfecta,  determinó que no hubo intención criminal y sólo hubo una agresión en el contexto de violencia intrafamiliar….

Se me quitan las ganas de hablar.

Les dejo un texto que escribí hace un poco de un año, con ocasión de juicio original contra Mauricio Ortega, el hoy tan cuidado y comprendido agresor. El desconcierto, el enojo y la impotencia que me provocan estos hechos sigue siendo el mismo. O peor:

29 de Marzo de 2017

Carta abierta a mi hijo que estudia derecho

Soy tu madre, por lo mismo entenderás claramente lo que quiero decir cuando te pido que en virtud de lo que elegiste como profesión no te conviertas en un hijo de puta.

Vixo de mi corazón, demás está decir que me siento orgullosa de ti, de tus logros y de tus elecciones. Está de más decir que te quiero libre y poderoso para elegir y hacer cuanto quieras en tu vida. También recordarte que puedo estar para ti a la altura del piso cuando las circunstancias o tú mismo te lleven a dejarte caer.

Dado todo lo anterior, también sobra decir que no soy de dar consejos, ni mucho menos de “te lo dije”. Me interesa la conversación, el diálogo que ilumina. Por eso te busco hablar acá.

Te hablo estas letras porque muero de vergüenza. Vergüenza de este país en el que te trajimos a nacer.

El juicio contra Nabila.

Sí, sé bien que hay un acusado de agredirla y arrancarle los ojos. Lo sé, todos lo sabemos. Ella es la víctima, pero todo apunta a su culpabilidad.

La justicia chilena, que no solo tiene los ojos vendados, sino que ejerce una profunda voluntad de no ver, sienta a Nabila frente a frente a su agresor.  Como si por tener las cuencas vacías fuese indiferente exponerla así.  Total, la cabra no ve na… “Como estay, Nabila” la saluda el abogado. Como si fuese el domingo después de la fiesta.

Entonces todos asistimos a una operación siniestra, calculada, sistemática que busca mostrarnos que la Naby se merece lo que le pasó.  Por suelta, por puta, por lesa, porque le gusta el webeo, por mina.
Es la lógica que ha imperado en este país por los últimos 40 años, o más.
“Algo habrá hecho”….
Pa qué se mete en weas si sabe que   se arriesga?…
Entonces la lógica de nuestra justicia social determina que hay personas que por hacer lo que bien o mal hicieron se merecen que les arranquen los ojos, que las violen, que las golpeen, que las torturen, que las degüellen, que las lancen al mar, que las desaparezcan, que les nieguen y les borren el alma y la dignidad.

Somos un país que adora el dios del merecimiento, pero en castigo. El dios que hace justicia dándote tu merecido.

Se lo merecía, se lo buscó, ella tiene la culpa….

Gran actor en el juicio contra Nabila, ha sido el abogado defensor de su ex pareja. Su esfuerzo por demostrar no la inocencia o los atenuantes de su defendido, sino la culpabilidad de la víctima es digno de historia de terror.

Eso no se hace, Vixo, está más allá de toda duda razonable, de toda ética, de toda humanidad.  Todo acusado tiene derecho a defensa, eso es aceptable. Pero de ahí a traspasar la culpa a la víctima en la lógica del merecimiento. …. este ganapanes que se tituló de abogado un día que avergüenza a la justicia y a la ética ha expuesto la vida de  Nabila, como si solo lo sórdido y lo malsano habitaran en ella.
La ultrajaron, Vixo, la golpeó la última vez con una piedra en la cabeza, pateó los muebles, la lavadora, rompió las paredes y en un punto final siniestro y horroroso le arrancó ambos ojos.
“Cómo estay, Nabila?” Le pregunta como bienvenida.
Irrespetuoso, desconsiderado, desubicado, imbécil, ganapanes, sórdido, increíble. ….
Y luego expone la vida de esta sobreviviente, como si la chimuchina del barrio fuese argumento para mostrar la verdad tras la violencia y el horror: se lo buscó, ella tiene la culpa de lo que le pasó.
Eso no se hace, Vixo. Para ella ni para nadie. Nadie se merece la tortura, el dolor de la venganza, nadie merece ni nada justifica que haya un ser humano víctima de la violencia vengativa y “justiciera” de otro ser humano. O de un sistema.

Por eso te encargo, Vixito, que te cuides el alma y la vocación. Vocación de hombre bueno, vocación de bondad, que es lo que natural y espontáneamente traemos para transitar por la bella vidita que se nos regaló. “Tus padres y los padres de tus padres se continúan en ti” Tus sentidos y acciones honran o deshonran a tu estirpe, a tu tribu. Hazte digno de ti, hijo mío. Digno del honor de estar vivo en este planeta y a la sombra de tu clan.
Te llevé entretejido con mis células y te abrí el paso a  la vida desde mi soma y desde mis memorias celulares.
No lo arruines transformándote en un mal nacido.
No importa la profesión, el oficio o el quehacer que elijas o te toque hacer. No importa el bando o el lado de la vereda que te toca habitar. Lo importante es que sea lo que sea, lo hagas como un hombre de bien.

Tu Mamá

 

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