Carta Abierta a la Comunidad de Rengo y a las Autoridades Regionales

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De parte de las familias del Campamento Galvarino, sector La Isla

Rengo, 01 de julio de 2025

Ǫueremos escribir estas palabras con respeto y desde lo más sincero de nuestro sentir. No buscamos dividir, atacar ni generar conflicto. Todo lo contrario: queremos que esta carta sea una invitación a mirar con humanidad y justicia una realidad que muchas veces se simplifica o se juzga sin conocerla.

En el Campamento Galvarino al igual que en otros asentamientos de la comuna, la región y el país vivimos familias de diversas realidades. Algunas nacimos y crecimos en esta tierra de Rengo; otras venimos de distintas partes de Chile o de otros países. Pero todas compartimos un mismo anhelo: contar con un lugar seguro donde vivir, criar a nuestros hijos e hijas, y dejar de vivir con el miedo constante de no saber qué ocurrirá mañana.

No llegamos aquí por elección. Llegamos porque no tuvimos otra alternativa. Porque el acceso a una vivienda digna ha sido una promesa lejana. Porque cuando no hay redes, no hay recursos, no hay información clara ni planes visibles, lo único que queda es buscar una solución por cuenta propia, incluso si eso significa vivir en condiciones precarias.

Sabemos que en Rengo hay muchas familias que también enfrentan carencias. Por eso no pedimos privilegios. Lo que pedimos es algo básico y justo: ser tratados con respeto, con dignidad, y con los mismos derechos que cualquier otro vecino o vecina de esta comuna.

En los últimos días hemos vivido momentos de gran angustia. Se ha hablado de desalojo, pero no hay claridad sobre la propiedad del terreno, ni se nos han mostrado documentos oficiales que acrediten legalmente esta situación de desalojo. Lo que sí sabemos porque lo hemos visto por más de 20 años es que este terreno ha sido utilizado por el propio municipio para instalar viviendas de emergencia y entregar ayudas sociales ante distintos casos. Por eso nos duele que hoy se desconozca esa historia.

Tampoco conocemos cuál es el plan del municipio para abordar esta situación. No se nos ha explicado qué pasos vienen ni cómo se tomarán las decisiones. La información nos llega por comentarios sueltos o de forma verbal, sin respaldo claro. Esto no solo genera confusión: alimenta el temor, la desconfianza y los malos entendidos. Por eso pedimos que toda comunicación sea formal, escrita y con documentos claros, comprensibles para todos.

Además, sentimos que se ha entregado a la comunidad información parcial o sesgada, que no refleja fielmente lo que aquí ocurre. Esto ha contribuido a construir un estigma injusto sobre nuestras familias. Sabemos que, como en cualquier barrio sea población, villa o incluso los sectores más acomodados pueden existir hechos que vayan contra la norma. Pero no se puede generalizar ni usar esas situaciones para juzgar a todos. Aquí, como en cualquier parte, hay buenas personas, hay esfuerzo, y hay lucha por salir adelante.

Lamentamos sinceramente que se hayan generado tensiones. Sabemos que un vecino insultó al alcalde en un video difundido públicamente. Esa fue una expresión individual, que no representa a nuestra comunidad. Pedimos disculpas si eso afectó el clima de respeto que tanto valoramos.

También queremos expresar con firmeza nuestro dolor por las palabras expresadas en el último Concejo Municipal, donde se dijo que los campamentos son «espacios de delincuencia». Esa afirmación es injusta, dañina y profundamente ofensiva. Aquí no hay delincuentes. Aquí hay madres que trabajan duro, adultos mayores que resisten con dignidad, niños y niñas que sueñan con tener un hogar digno. Esa estigmatización nos expone, nos excluye y nos hiere.

Más grave aún es que estas afirmaciones se hacen en espacios donde no tenemos derecho a voz ni defensa. No aceptamos ser usados como ejemplo negativo en debates políticos contingentes sobre migración o seguridad. No somos parte de ninguna campaña. No somos capital político. Somos personas. Personas que quieren construir, no confrontar.

Por todo esto, queremos decir claramente que estamos dispuestos a dialogar, a buscar soluciones reales y a trabajar con quienes estén disponibles para construir desde el respeto mutuo. No queremos quedarnos como estamos, pero tampoco queremos que otras familias vivan lo que estamos viviendo. Ǫueremos avanzar, pero de manera justa y participativa.

Necesitamos información clara, voluntad política real, y también apoyo técnico. Sería de gran ayuda contar con profesionales imparciales que pueda actuar como facilitadores o interlocutor entre nosotros, el municipio y otros actores públicos, para que este proceso no se transforme en una serie de decisiones unilaterales que nos dejen nuevamente fuera de todo.

Sabemos que resolver esta situación no es fácil, ni rápida, ni depende solo de una parte. Pero también sabemos que cuando las voluntades se suman, cuando las personas se escuchan y cuando se actúa con empatía, se pueden lograr cambios reales.

Por eso, hacemos un llamado a toda la comunidad de Rengo: a vecinos y vecinas, organizaciones sociales, colegios profesionales, iglesias, juntas de vecinos, estudiantes y personas comunes. A quienes creen en la justicia y en la dignidad humana. A quienes alguna vez también sintieron el abandono o la incertidumbre.

También extendemos este llamado a las instituciones públicas, regionales y comunales, a los equipos técnicos y profesionales: su rol es clave, no solo para garantizar derechos, sino para construir confianza. Ǫueremos avanzar con ustedes, no en contra de ustedes.

Si este campamento logra salir adelante, lo haremos como comunidad. No desde el conflicto ni desde el castigo, sino desde la capacidad de entendernos y de construir algo mejor para todos.

Aquí estamos. No para pedir caridad, sino para exigir humanidad.

Con respeto,

Las familias del Campamento Galvarino Sector La Isla, comuna de Rengo

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