Tras conocerse los resultados del Catastro Nacional de Campamentos 2024-2025 de TECHO-Chile, la diputada por la región de O’Higgins, Natalia Romero, expresó su profunda preocupación por el aumento sostenido de personas viviendo en condiciones de alta precariedad en todo el país, y especialmente en la región.
El informe reveló que actualmente existen 1.428 campamentos a nivel nacional, lo que equivale a 120.584 familias habitando en asentamientos informales. Esta cifra representa un aumento del 10,6% respecto a la medición anterior y se convierte en la más alta desde 1996. Solo entre 2023 y 2025, cerca de 6.000 nuevas familias ingresaron a campamentos.
En la región de O’Higgins, los asentamientos aumentaron de 54 a 57, lo que representa más de 5.600 personas viviendo sin acceso a servicios básicos como agua potable, electricidad o alcantarillado. Del total, 1.673 son niños, niñas y adolescentes.
“Esta cifra no solo es preocupante, sino que nos habla de una emergencia habitacional silenciosa que se está profundizando. Detrás de estos números hay familias completas que han debido optar por los campamentos como única alternativa para tener un techo”, señaló la diputada Romero.
La parlamentaria también advirtió que algunos de estos asentamientos se están transformando en focos de incivilidades, lo que incrementa los riesgos para quienes habitan en ellos y también para las comunidades cercanas.
“Además de la precariedad y la falta de servicios, en muchos sectores los campamentos se están convirtiendo en zonas donde aumentan los conflictos sociales, la inseguridad y la desprotección. Es una realidad que debe visibilizarse y abordarse con urgencia, porque está impactando directamente en la calidad de vida de miles de personas”, indicó.
Romero explicó que entre los principales factores que perpetúan esta situación se encuentran los altos costos de arriendo, los bajos ingresos familiares, la falta de herramientas efectivas para acceder a soluciones habitacionales y la larga espera por una vivienda definitiva, que en algunos casos supera los 14 años.
“Hay familias que llevan más de una década esperando una solución habitacional. Mientras tanto, siguen viviendo en la incertidumbre, expuestas a enfermedades, incendios o situaciones de violencia. Es una realidad profundamente injusta que no puede seguir normalizándose”, afirmó la diputada.
Pese a que algunos componentes del déficit habitacional han tendido a estabilizarse desde 2020, la parlamentaria advirtió que el crecimiento de los campamentos demuestra que aún hay una gran deuda con miles de chilenos que no logran acceder a una vivienda digna y segura.