Organizaciones de Agua Potable Rural de Rengo y Junta de Vigilancia del Río Claro analizan presente hídrico y proyectan su desarrollo futuro

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En un escenario marcado por la incertidumbre climática y la creciente presión sobre los recursos hídricos, la Junta de Vigilancia de la 1ª sección del río Claro de Rengo dio un importante paso al convocar a las directivas de las organizaciones de Agua Potable Rural (APR) de la comuna. El objetivo: iniciar un proceso de diagnóstico y articulación que permita enfrentar de manera conjunta los desafíos actuales y futuros en materia de agua.

A la reunión asistieron representantes de siete comunidades, quienes expusieron la situación operativa de sus respectivos sistemas. A pesar de la diversidad territorial, un denominador común emergió con claridad: todas las APR enfrentan dificultades similares y buscan avanzar hacia un desarrollo integral que garantice el suministro de agua potable para sus habitantes.

Una coordinación necesaria

Álvaro Paredes Legrand, presidente de la Junta de Vigilancia, valoró altamente la respuesta de las organizaciones. “Para la organización es muy significativa la respuesta de las APR, ya que necesariamente debemos trabajar en conjunto para la conformación de la comunidad de aguas subterráneas que impulsan los organismos estatales, conformando así el Sector Hidrológico de Aprovechamiento Común (Shac) que permitirá establecer la realidad de la explotación de aguas subterráneas en nuestra zona”, señaló.

El futuro Shac reunirá a 21 APR de un amplio territorio, que abarca Requínoa, Rosario, Malloa, Rengo y Quinta de Tilcoco. La coordinación entre ellas permitirá comprender con mayor precisión el comportamiento del acuífero y adoptar medidas para su resguardo.

Infraestructura y seguridad hídrica

El vicepresidente de la Junta de Vigilancia, Carlos Ortiz Olivares, destacó la relación entre la planificación hídrica local y proyectos de gran escala: “Todo el proceso de avance del proyecto Embalse Bollenar va directamente vinculado a la seguridad hídrica que las APR necesitan para entregar su vital servicio comunitario y en ese camino se debe trabajar de manera colectiva”, afirmó.

Ortiz recordó que en temporadas pasadas, especialmente durante los años más críticos de sequía, la Junta debió apoyar directamente a una APR que enfrentaba serios problemas para abastecer a sus usuarios. Este antecedente refuerza la necesidad de construir soluciones duraderas y conjuntas.

Temporada compleja y mirada de futuro

Los representantes de las APR de Rinconada de Malambo, La Chimba, Lo de Lobos, Chanqueahue, Cerrillos y Popeta recibieron información preocupante respecto de la actual temporada: la disminución de la nieve acumulada y el resentimiento de las quebradas pueden generar efectos adversos sobre el acuífero subterráneo, principal fuente de abastecimiento para estas comunidades.

El panorama obliga a reforzar la coordinación técnica y a compartir experiencias y datos que permitan anticipar escenarios críticos.

Un segundo encuentro en agenda

La meta inmediata es realizar un nuevo encuentro antes de fin de año. La idea es profundizar el intercambio de información y avanzar hacia un trabajo sistemático que fortalezca la operación de los sistemas de agua potable rural en la comuna de Rengo.

La reunión marca un primer paso hacia una gobernanza hídrica más integrada, donde organizaciones comunitarias y entidades de gestión de aguas trabajan codo a codo para asegurar un recurso tan esencial como escaso: el agua para las familias rurales del territorio.

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