• Si bien los resultados son bajos, es posible inferir que el deterioro de la percepción generado por la crisis sanitaria podría estar siendo superado y alcanzando niveles de pre pandemia, aunque ya estaban bajo el estándar de calidad.
  • El alza más evidente se presenta en los indicadores de experiencia, que tiene que ver con la percepción individual del servicio prestado, generado probablemente como consecuencia de un menor colapso actual en el sistema.
  • Sin embargo, en cuanto a percepción de calidad del sistema de salud por parte de usuarios Isapres registra doce puntos menos que el año anterior, no así Fonasa que presenta un alza de tres puntos.

El Instituto de Salud Pública de la Universidad Andrés Bello dio a conocer una vez más la Encuesta Nacional de Salud 2022- la que realiza de manera anual desde 2010- constituyéndose en una de las series de información evaluativa más larga e integral que existe en nuestro país respecto de la variable calidad de los sistemas de salud ,  y que tiene como objetivo dar a conocer cuál es la percepción de los usuarios acerca del Sistema de Salud actual y la forma en que perciben algunas políticas sociales.

En este décimo tercer sondeo, realizado en conjunto con la empresa de investigación IPSOS, se efectuó un trabajo de campo entre el 13 de junio al 20 de julio del 2022 en las regiones de Valparaíso, Biobío y Metropolitana, y estuvo enfocado a los ítems de Índice de percepción, experiencia y expectativa del sistema de salud.

La edición de este 2022 arroja resultados interesantes de extrapolar al panorama actual, tanto a nivel sanitario como económico. Uno de los puntos que más destaca es la recuperación general de los indicadores.

Se recuperan indicadores, nota roja se mantiene

En ese sentido, tanto la evaluación general del sistema como el índice de experiencia en salud tienen alzas que llevan a estos indicadores a los niveles registrados previos a la pandemia. Y aunque los resultados se mantienen bajo lo esperado, podría dar luces de que el deterioro de la percepción ocasionado por la crisis sanitaria podría estar superándose.

Por su parte, el director del Instituto de Salud Pública UNAB, Héctor Sánchez, añadió que “también empieza a notarse el impacto de las nuevas modalidades de atención de pacientes a través de telemedicina, aunque su porcentaje de cobertura aún es bajo ha sido muy bien evaluada respecto del modelo presencial habitual, no obstante lo anterior los niveles que se alcanzas siguen siendo insuficientes a pesar de la gran cantidad de recursos financieros que se han inyectado al sistema de salud chileno”.

Traducido en notas, los chilenos continúan evaluando con roja al Sistema de Salud en general, otorgándole un 3,9, una décima más que la versión anterior de la encuesta realizada por el ISP UNAB pero similar a la del Año 2018. Por otro lado, cuando la pregunta es según la experiencia individual y del grupo familiar, los usuarios evalúan con un 4,3 también similar a la alcanzada en etapa pre pandemia año 2018.

Cuando se hace el contraste entre afiliados Fonasa e Isapre, los resultados se invierten en relación con el año anterior. Los usuarios Fonasa calificaron al sistema de salud en general con un 4,0 por sobre el 3,7 obtenido en el 2021; mientras que los afiliados a las aseguradoras privadas evaluaron con un 3,9, una décima menos que la versión anterior.

Según Sánchez, es posible que la apertura del sistema de salud público a la atención de morbilidad general no Covid genere esta sensación de mejoría en la calidad del servicio, “en 2022 las personas tenían mayor opción de atenderse que en los dos años anteriores, en que la principal puerta de entrada era urgencias” explica.

En el caso de los afiliados a Isapres, el académico cree que este empeoramiento en la percepción de calidad se deba por el aumento en los tiempos de espera para atenderse por un especialista y por la difusión en medios de comunicación sobre la problemática de las listas de espera del sistema público.

people in a waiting room of hospital, men and women wait their turn

Mejora en rapidez

En tanto, una de las alzas más notorias se presentó en los indicadores de experiencia, generada probablemente como una consecuencia del menor colapso en el sistema de salud.

Destaca que todos los indicadores de percepción sobre la última atención de salud mejoran considerablemente, al igual que la evaluación de la rapidez de las atenciones. En cifras, el porcentaje de personas que califican con nota sobre 6 el tiempo que le dio el médico en la atención subió 16 puntos en relación con el sondeo anterior.

Se incluyen en esta misma alza, el trato del personal administrativo, la calidad de la infraestructura médica, la comodidad de las salas de espera, los médicos y enfermeras que lo atendieron, el tiempo que le dio el profesional en la atención, entre otros.

“Estos incrementos están relacionados con las restricciones que vivieron las personas durante la pandemia lo que deterioró los indicadores y ahora que el sistema está abierto a la atención de morbilidad no COVID mejora enormemente la evaluación de experiencia con la sensación de las personas de que “vamos saliendo de la crisis”, sin embargo, aunque estas alzas son notorias en diversas dimensiones de la calidad de atención, no lo son respecto de los tiempos de espera en que los indicadores siguen estando por debajo de estándares razonables” explica Sánchez.

En otra arista, la encuesta no presenta grandes variaciones con respecto a la evaluación que hacen los chilenos al acceso a diferentes prestaciones médicas en general. Aquí, los porcentajes de personas que evalúan con sobre 6 las prestaciones siguen sin superar el 20%, a excepción de la entrega de resultados de exámenes que registra un 27%, un punto más que el año pasado.

“Estas cifras permiten evidenciar la percepción de la población con respecto al verdadero problema del sistema de salud, la brecha que existe entre oferta y demanda de servicios y que dan origen a las listas de espera principalmente en el sistema público, pero incrementándose los tiempos de espera hasta semanas en el sector privado debido al aumento de la demanda por servicios de salud para enfermedades crónicas y a la escasez de especialistas” complementa.

Gasto y percepción de cobertura

La crisis económica y la inflación actual parecen tener un efecto importante sobre algunos indicadores de esta edición. Por un lado, la percepción del gasto mensual en medicamentos aumenta considerablemente, mientras que la preocupación por la cobertura de enfermedades acentúa su tendencia al alza.

“La gente está resintiendo el mayor costo de la atención médica principalmente por el mayor costo de los medicamentos  y la baja cobertura de los seguros de salud, hoy junto a la espera por atención de un especialista o de una cirugía representa los tres principales problemas del sistema de salud chileno” menciona el especialista en salud pública, quien añade que es un problema que aquejará a la población por varios años, “se hace imprescindible un verdadero cambio o reforma profunda en el sistema de salud chileno tanto en el financiamiento como en los modelos de atención de salud de la población”.

En cuanto a gastos asociados de salud, incluyendo medicamentos, un 74% de la muestra considera que este ha aumentado, y en el caso futuro, un 77% considera que aumentará; porcentajes que en el sondeo anterior se encontraban en 57% y 62%, respectivamente. Incluso, en cuatro años esta cifra ha ido creciendo desde un 43%.

En el caso de la cobertura y protección financiera, solo un 3% de las personas cree que la población chilena se siente cubierta y protegida con su plan de salud actual. Sin embargo, de manera personal un 19% dice sentirse cubierto y protegido con su actual plan.

Como se mencionaba, la preocupación por enfermedades catastróficas se mantiene al alza, marcando un 62% el porcentaje de personas que manifiestan sentirse muy preocupados respecto a sufrir alguna enfermedad que no pueda estar cubierta por el auge.

En esta misma línea, los segmentos que manifiestan sentirse más preocupados son las mujeres (68%), el tramo etario 42-60 años (68%) y el estrato económico C3 (65%).

“No cabe duda de que la encuesta representa una mejoría en varios aspectos en relación con los años de pandemia, sin embargo, muestra claramente que los problemas esenciales del sistema de salud no han sido resueltos a pesar de haberse duplicado los ingresos en los últimos diez años. En los años siguientes deberemos avanzar en una política de estado realista y consensuada que permita reformar el sistema de salud en forma profunda pero realista y que tome en cuenta las características sociales y culturales de nuestra población” concluyó el director del ISP UNAB.

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