• Nuestra región cuenta con un 86,2% de cobertura de agua potable por red para la población rural, alcanzando niveles por sobre el promedio nacional de 47,2%.
  • De las 3 provincias de la región, la que concentra la mayor cantidad de Servicios Sanitarios Rurales es Cachapoal con 110 sistemas operando. Allí, San Vicente con 19 operativos, es la comuna con mayor número de servicios.

Reportaje de Corporación Pro O’Higgins

Hace casi 60 años (1964) que Chile ha abastecido de agua potable las zonas rurales a través del Plan Básico de Saneamiento Rural. Hoy ese programa sigue vigente con más de 2 mil Sistemas de Agua Potable Rural (APR), donde un grupo de vecinos administran y operan estas pequeñas empresas sanitarias actualmente llamadas Servicios Sanitarios Rurales (SSR) los que deben sortear obstáculos como el aumento de la población rural, deficiente infraestructura, problemas de conexiones y tecnología, dificultades económicas, entre otras.

En este escenario, con el fin de realizar un análisis y diagnóstico sobre el funcionamiento de los Servicios Sanitarios Rurales de la región de O’Higgins, conocer las problemáticas, necesidades y desafíos que afectan a estos organismos, es que por encargo de la Corporación Pro O’Higgins, Fundación ‘Amulen’ desarrolló en nuestra zona el estudio “Diagnóstico Servicios Sanitarios Rurales: Desafío y Oportunidades”.

Para esto se encuestó a 136 SSR de la región, representando el 61,8%, y alcanzando un nivel de confianza del 95%, estudio que se aplicó en base a la gestión administrativa, comercial, soporte, la nueva ley de SSR y gestión operacional, desde donde se extrajo valiosa información de estos sistemas que enfrentan dificultades en temas administrativos y operacionales.

REALIDAD REGIONAL

Al analizar la situación actual de O’Higgins, el estudio desprende que un 82,6% de las viviendas rurales de la región tienen acceso a agua potable por red, lo que está por sobre el promedio nacional de un 47,2%. Esta cifra sitúa a nuestra región como una de las zonas con mayor cobertura de agua potable rural en el país. Distribución de los servicios que tiene una fuerte concentración en sectores centrales y precordilleranos, pero no así en el borde costero.

De las 3 provincias de la región, la que concentra la mayor cantidad de SSR es Cachapoal con 110 sistemas operando. Aquí, San Vicente con 19 operativos, es la comuna con mayor número de servicios.

En O’Higgins según Censo 2017, 10.147 viviendas se abastecen de fuentes informales; es decir de pozos, camión aljibe, ríos, vertientes o esteros, lo que representa un 13,8% de las viviendas rurales. En esta línea, las comunas con mayor número de viviendas sin acceso formal al agua potable son Pichilemu (696 viviendas), Litueche (565), Paredones (623), Mostazal (529), Navidad (559), Lolol (473), La Estrella (263), entre otras. En Pichilemu y Litueche la mitad de su población tiene acceso formal a agua potable y la otra mitad se abastece en fuentes informales.

Aquí cabe destacar que en la región entre 1990 a 1999 se construyó el 35% de los SSR, los que ya cuentan con más de 30 años de antigüedad.

En cuanto a participación, comités y cooperativas de los SSR deben ser dirigidas y administradas por una directiva –presidente, secretario y tesorero- que son fundamentales en el funcionamiento del sistema de agua, cargos no remunerados y que implica altas responsabilidades, algunas de ellas cuentan con directores y consejeros en el caso de las cooperativas. Estos cargos al ser ad honorem no son atractivos para la comunidad, es por esto que el un 65% de los SSR, alguien de la directiva repite su participación.

CAPACITACIÓN AL DEBE

Al ser los servicios sanitarios empresas autogestionadas por la comunidad pueden obtener recursos postulando a proyectos; no obstante, estos no optan por otra forma de financiamiento que no sean el pago de sus tarifas. Aquí un 48% de los SSR no se ha adjudicado otros fondos que no sea de la Dirección de Obras Hidráulicas (DOH), mientras que un 44% si lo ha hecho con otras instituciones. Este tema va estrictamente relacionado con el conocimiento para formular y presentar proyectos donde el 41% de los SSR no saben cómo hacerlo, mientras que el 34% dice utilizar asesoría externa.

Y es que existe una falencia respecto a la preparación y capacitación de los equipos de trabajo a cargo de los sistemas. Si bien dirigentes y trabajadores de los SSR cuentan con instancias de capacitación, un 40% de los encuestados asiste solo una vez al año a algún curso por la lejanía de donde se realizan, por lo que sus dirigentes sugieren realizarlas en sectores más cercanos a ellos.

En cuanto a calidad del agua, por ley las pequeñas sanitarias deben realizar estudios donde el 100% de ellos confirma hacer análisis de agua de manera periódica; no obstante, no todos los SSR saben interpretar los resultados del análisis y sólo se enteran del problema cuando son fiscalizados. “Sería importante potenciar las capacitaciones respecto al análisis de la calidad del agua, reconociendo los parámetros y límites que fija la norma chilena de agua potable, sobre todo en las zonas costeras que presentan más problemas”, dijo el Gerente General de Corporación Pro O’Higgins, Braulio Guzmán.

El 20 de noviembre del 2020 entró en vigencia la ley 20.998 que rige actualmente los SSR, si bien el 97% de los comités y cooperativas están en conocimiento de ésta, solo un 67% aseguran haber leído parte de ella y un 46% haberla leído completa, por lo que existe desconocimiento y poco entendimiento de la ley que los rige. “Aquí el llamado nuevamente es a las capacitaciones y asesorías para no enfrentarse luego a multas por no cumplimiento”, remarcó Guzmán.

Respecto a mantenciones en instalaciones, sobre el 80% de los SSR ha realizado trabajos de mantenimiento en los últimos 5 años a su estanque, equipo de bombeo, sistema eléctrico y sistema de cloración. Mientras que un 75% ha hecho mantenimiento en sus redes de distribución y un 64% ha realizado mantenimiento en casetas de comando.

En cuanto a tarifas, si bien los SSR con asesoría de la empresa sanitaria hacen un estudio de las tarifas que debieran cobrar a sus clientes, no las han modificado como cada año lo hacen las empresas sanitarias, debido a que, principalmente, su comunidad no está dispuesta a pagar más. Cabe destacar que un 27% ajustó sus tarifas por última vez el 2019, mientras que hay SSR que desde su creación nunca las han modificado. Con la nueva ley la Superintendencia de Servicios Sanitarios (SISS) es la encargada de la tarificación que se impondrá a los usuarios.

En cuanto a recaudación, el 98% de los SSR lleva el control de recaudación al día de sus boletas y registros, y al 90% le alcanza para cubrir sus gastos mensuales.

Respecto a los Derechos de Agua, cada SSR en su momento de formación debe inscribirlos con la cantidad de agua máxima que podrán utilizar según las capacidades de la fuente. En el caso de nuestra región, un 59% están asignados al nombre del comité, un 19% está en trámite, un 3% está sin regularización y un 4% desconoce la situación, dato que dificulta el proceso de postulaciones a proyectos.

En materia de almacenamiento y registro de datos de los SSR, un 84% cuenta con un software  que les permite hacer labores más eficientes sin conocer el detalle de la  cantidad de habitantes por casa, mientras que solo un 7% de los SSR sabe cuántos habitantes hay por casa al llevar sus registros en libros o cuadernos “éste es un dato no menor, ya que permite estimar de mejor manera el agua que se está repartiendo a la comunidad y así planificar a futuro con más certeza”, dijo el Gerente General de Corporación Pro O’Higgins.

SÓLO UN 32% SSR TIENE FACTIBILIDAD PARA NUEVOS USUARIOS

Respecto a reclamos y solicitudes más recurrentes hacia los SSR es la factibilidad del servicio para la conexión de nuevos clientes que llega al 60%, esto debido a la inmigración de las ciudades a zonas rurales. Y es que si bien los SSR son consideradas empresas a los que les convendría económicamente tener más clientes, hay limitaciones en su equipamiento e infraestructura para conectar nuevos arranques a la matriz.

Aquí se desprende que sólo un 32% SSR tiene factibilidad para incorporar nuevos usuarios, un 16% está a la espera del estudio de la DOH para ver si existen las condiciones para un nuevo arranque, mientras un 51% no cuentan con factibilidad de servicio para nuevos clientes y están en lista de espera para poder conectarse al servicio de agua potable.

“Una lista de espera se crea cuando ya no hay factibilidad de nuevas conexiones a la red existente, ya sea por falta de agua o infraestructura. En los SSR hay distintas realidades, donde un 24% tiene de 1 a 5 solicitudes; sin embargo hay un 15% que tiene más de 100 solicitudes. Que un SSR tenga esa cantidad de solicitudes es debido a las parcelaciones que se están realizando en las zonas rurales, donde se venden terrenos que no tienen asegurado el acceso al agua tanto por  falta de infraestructura como por falta de recurso hídrico”, declaró el Gerente General de Corporación Pro O’Higgins.

Respecto a la Red de Abastecimiento, el 16% de los SSR pierde más de 20% de agua, un 25% observa que sus tuberías no están libres de filtraciones y un 32% considera que sus redes no están adecuadamente enterradas y protegidas.

En cuanto a las fallas por las que se ve interrumpido el servicio de las pequeñas sanitarias, el 79% confirmó dirigirlas a la institución que corresponda mientras la reparan y el 21% no reporta, porque ellos mismos solucionan el problema. Entre los principales desperfectos se encuentra un 60% de  fallas en la red de distribución por matrices muy antiguas y un 21% por fallas eléctricas por accidentes o caída de árboles. Aquí la clave es contar con un generador, pero un 18% de los SSR no cuenta con uno.

En este escenario para el Gerente General de Corporación Pro O’Higgins, Braulio Guzmán, el resultado del estudio es una oportunidad de mejora para las pequeñas sanitarias de la región “Nuestro compromiso como comunidad de empresas es ser un aporte al desarrollo sostenible de la región. Este estudio y sus resultados nos muestran una radiografía de la realidad regional de los SSR con sus brechas y carencias, pero también nos mueve a contribuir en la transformación de estos. La articulación y voluntad público – privada está presente para fortalecer sus capacidades, transferir herramientas y mejorar la operación”, concluyó.

Para Antonia Rivera, Directora Ejecutiva de Fundación Amulén, “este tipo de estudios evidencian que la falta de abastecimiento de agua potable no sólo se debe a condiciones climáticas, sino también a problemas relacionados con la administración del recurso. Lo lamentable de esta situación es que, cuando no hay agua, no hay posibilidades de surgir ni de iniciar alguna actividad económica, con lo cual, la calidad de vida de las comunidades es gravemente perjudicada”, manifestó.

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