El Programa Especial de Salud y Pueblos Indígenas surge con el propósito de contribuir al mejoramiento de la situación  de salud de los pueblos indígenas, a través del desarrollo de un modelo con enfoque intercultural.

 Que la población perteneciente a los pueblos originarios mejore su situación de salud, a través de estrategias que faciliten el acceso a una atención de salud adecuada, oportuna y de calidad, es el principal propósito que persigue el programa PESPI.

machi en Cunaco

Este programa tiene como objetivo disminuir las brechas de inequidad de los pueblos indígenas, a través de la construcción participativa de planes de salud que reconozcan la diversidad cultural, promuevan la complementariedad entre los sistemas médicos y provean servicios de salud adecuados que respondan a las necesidades, derechos y perfiles epidemiológicos específicos.

El PESPI, en la región de O´Higgins, se encuentra instalado en la comuna de Nancagua- en el Cesfam de Cunaco- donde una machi entrega atenciones de salud, a través del modelo de salud mapuche. Para Andrés Antillanca, profesional del Programa Especial de Salud y Pueblos Indígenas del Servicio de Salud O´Higgins, es fundamental el caminar hacia una transversalización de la salud,  con enfoque de equidad, interculturalidad y participación social.

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“Se están implementando diversas estrategias para poder cerrar brechas con respecto a la atención de las personas de pueblos originarios. En la región existen 57 mil personas pertenecientes a los pueblos originarios, de ellos un 90% se reconocen como mapuches, por tanto, debemos avanzar en que el modelo de salud familiar comunitario sea concordante con el modelo de salud mapuche, pero aún falta mucho. Hay un obstáculo, desde el punto de vista cultural, por parte de los funcionarios y cierto temor de los usuarios en manifestar su pertenencia a algún pueblo originario y se está trabajando, para derribar estas dificultades”, manifestó.

En esa misma línea, el profesional relevó que “para garantizar las prestaciones a los usuarios de los pueblos originarios en la región y todo el país, se debe inscribir a esta población. Los funcionarios tienen como normativa esta inscripción, pero no se ha desarrollado como quisiéramos, debido a los factores socioculturales. Eso hace ruido porque las estadísticas y registro son básicos para levantar las necesidades. Es muy relevante poder registrar esta variable. Se arma también algo similar con la población migrante, tampoco se está preguntando la nacionalidad. Ambos aspectos están ligados a los determinantes sociales. Si eres de pueblo originario o migrante ya es una determinante social. Esto significa que un migrante o usuario de los pueblos originarios, por el solo hecho de pertenecer, tiene toda una gama de factores que lo hacen más vulnerable que el resto de los chilenos, por eso es importante el registro. Por tanto, se debe avanzar en esa materia y sacar estas construcciones sociales y quitar esa imagen cultural y social”.

En este último ámbito, se han desarrollado un conjunto de acciones -para este año- que consisten en priorizar ciertas temáticas relevantes para los pueblos originarios, con la finalidad de propender un contacto y resolución de dudas. “De esta forma, se avanzará en la sensibilización a los funcionarios y las comunidades. Por ejemplo, se han elaborado afiches para su distribución, que apuntan al fortalecimiento de la identidad de las personas y el trabajo con organizaciones mapuche. Con este tipo de acciones y la priorización de necesidades pretendemos continuar y avanzar en la transversalización de la salud y también en la disminución de las brechas existentes”, finalizó Andrés Antillanca.

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