“Hasta ahora carecíamos de uno que hiciera análisis acreditados ante la autoridad, por lo que para validar ciertos resultados teníamos que mandar las muestras a Santiago o Talca”, cuenta Claudia Foerster, coordinadora de la iniciativa.

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Un gran paso para alcanzar la meta de ser una región agro-pecuaria basada en la inocuidad alimentaria dio este miércoles la Universidad de O’Higgins (UOH), con la inauguración de su Laboratorio de Inocuidad Alimentaria (LIA) en el marco de un seminario online sobre el tema al que asistieron especialistas nacionales y extranjeros. El nuevo espacio científico se dedicará al análisis de riesgos microbiológicos de los alimentos, estará acreditado ante el Instituto Nacional de Normalización (INN) y la autoridad sanitaria y representa al juicio del rector, Rafael Correa, “la vocación regional y pertinencia de las actividades que la UOH realiza”.

Ubicado en el Campus Colchagua de la UOH, en San Fernando, el laboratorio es parte del proyecto  “Transferencia de un modelo de inocuidad agroalimentaria regional”, financiado por el Fondo de Innovación para la Competitividad del Gobierno Regional de O’Higgins (FIC) y su Consejo Regional, enmarcado en la Estrategia Regional de Innovación, que además, cuenta con el apoyo de las seremis de Agricultura y Economía, el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), el Instituto de Desarrollo Agropecuario (INDAP) y de privados como Horticrece, Coopeumo, Cooagricam, la Corporación Apícola de la región y Apiunisexta.

Uno de los cinco puntos claves del proyecto FIC, que busca crear un sello que identifique a los productos que participan en el un modelo de inocuidad alimentaria, es implementar un sistema de monitoreo de peligros microbiológicos, para lo cual es imprescindible contar con un laboratorio acreditado. “Hasta ahora carecíamos de uno que hiciera análisis certificados ante la autoridad, por lo que para validar ciertos resultados teníamos que mandar las muestras a Santiago o Talca”, cuenta Claudia Foerster, coordinadora del proyecto, médico veterinaria y PhD en Ciencias Silvoagropecuarias y Veterinarias.

Durante el seminario de inauguración expuso Hugo Fragoso, ex director de Inocuidad Agroalimentaria, Acuícola, y Pesquera del SENASICA de México, quien presentó el modelo de inocuidad y certificación que se aplica en México, y destacó la importancia de este recinto recién inaugurado. “El laboratorio es la fuerza clave para tener un buen programa de monitoreo e inspección oficial”, señaló.

En la actividad online también estuvo presente Nuri Gras, secretaria ejecutiva de la Agencia Chilena para la Inocuidad y Calidad Alimentaria (Achipia), quien aludió a la importancia del LIA. “Para verificar el buen funcionamiento de las prácticas de inocuidad es necesario tener la capacidad analítica que entrega un laboratorio como éste, que permitirá formar estudiantes con técnicas y metodologías analíticas y capacitar a profesionales en un tema en el que nos falta desarrollo, no sólo en Chile, sino en toda la región”, comentó.
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Análisis de muestras

El laboratorio permitirá monitorear el tema microbiológico a nivel productivo local y nacional a través de sistemas de datos estadísticos. “Los datos sirven para tomar decisiones informadas y basadas en la ciencia, tanto en el ámbito productivo como de parte de las autoridades”, indica la líder de la iniciativa.

La idea del monitoreo es que los productores puedan tomar decisiones rápidas y objetivas de sus procesos productivos y poder acceder a nuevos mercados al tener análisis de sus productos. En un inicio, durante el proyecto, se analizarán productos hortofrutícolas como lechugas, tomates y miel cultivados y elaborados por 30 pequeños y medianos productores de la región.

“Los análisis que se realizarán en un inicio son: Enterobacterias, Escherichia coli, Salmonella, Recuento Aerobios Mesófilos y Clostridium sulfito reductores. A futuro esperamos contar con un mayor número de alimentos y peligros alimentarios para cubrir las necesidades de la región”, explica Foerster.

El laboratorio, que pertenece al Instituto de Ciencias Agroalimentarias, Animales y Ambientales de la UOH, (ICA3), tiene una superficie de 82,16 metros cuadrados, tiene una subdivisión interna de áreas diseñada según la normativa de acreditación, entre las que están las zonas de recepción de muestras, la de calidad, siembra, limpia, incubación, lectura y repique; lavado y descontaminación. En total, representa una inversión compartida entre el gobierno regional y la universidad superior a los $ 300 millones de pesos.

La unidad, única en su tipo en la región, optará a la acreditación de la norma ISO 17025:2017 especializada en laboratorios de ensayo y se basa en las técnicas analíticas exigidas por el Reglamento Sanitario de los Alimentos de Chile para hortalizas y mieles, pero se espera ampliarlo a otros productos en un futuro próximo.

Esto permitirá analizar las muestras de forma consistente y sin reprocesos, lo cual es indispensable para asegurar los resultados obtenidos tras su verificación.  “Queremos participar activamente para que nuestro país se convierta en una potencia agroalimentaria mundial, que eduque y potencie tanto a los pequeños y medianos agricultores en las producciones eficientes e inocuas de los alimentos como también a los consumidores. La inocuidad es tarea de todos”, concluye Foerster.

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