El Presidente de la Comisión del Trabajo manifestó su gran preocupación por los miles de temporeros a lo largo del país, quienes en tiempo de pandemia también sufren el negativo impacto económico.
En tiempos “normales”, mayo es uno de los meses donde miles de temporeras y temporeros del país comienzan a despedirse de su fuente laboral temporal, para dar paso al período que contempla meses de cesantía hasta iniciar nuevas etapas que requieran de su actividad. Sin embargo, en tiempos de pandemia, la búsqueda de otras fuentes laborales para los meses de espera para reiniciar su trabajo en el mundo agrícola es compleja, generando una crisis en las miles de familias chilenas que se dedican a esta actividad.
A sabiendas del complejo escenario que se augura en el ámbito económico para el futuro cercano, junto con una serie de aspectos que son propios del mundo de trabajadores del mundo agrícola, es que el Senador y Presidente de la Comisión de Trabajo y Previsión Social del Senado, Juan Pablo Letelier llamó al Gobierno a incluir a estos miles de mujeres y hombres en el debate de Renta Básica de Emergencia.
“Como Presidente de la Comisión del Trabajo exijo que las y los temporeros estén incluidos en la Ley de Ingresos Familiares de Emergencia, que también es conocida como Renta Básica de Emergencia. Necesitamos que estas familias sean apoyadas estos meses que, ya en tiempos normales son complejos y ahora, sin duda lo serán aún más”, afirmó el Senador Juan Pablo Letelier.
El parlamentario agregó que “estamos trabajando con una serie de trabajadores y gremios que aún no logran estar dentro de las políticas de apoyo económico que se han aprobado. Sabemos que hay un debate fuerte al respecto, más aún cuando el Gobierno insiste en mantener el monto propuesto para la Ley de Ingresos Familiares de Emergencia. Pero, nuestro compromiso es con quienes más necesitan apoyo en este período y sabemos que las miles de temporeras y temporeros serán unos de los que debemos atender”.
Lo planteado por el Senador de la Región de O’Higgins viene a responder una fuerte demanda de quienes son parte del rubro, quienes en su gran mayoría ya se encuentran de las labores agrícolas, comenzando una etapa de desocupación que se prolonga a lo menos por tres meses.
