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El Observatorio del Comercio Ilícito denunció que la permanencia del comercio ambulante, en las calles de las principales ciudades de Chile, contribuye a la expansión del coronavirus al no acogerse al aislamiento social y por comercializar productos de higiene adulterados.

 En un escenario marcado por los esfuerzos transversales para frenar la curva de propagación del COVID-19 en Chile, el Observatorio del Comercio Ilícito, de la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo, hace un llamado a la ciudadanía a evitar la compra de productos en el comercio ilícito por constituirse como un factor de riesgo.

La semana pasada se conoció un primer caso de falsificación de alcohol gel por parte de una banda delictual, que fue desarticulada por la Policía de Investigaciones en un trabajo conjunto con el Instituto de Salud Pública. El producto que salió de circulación fue fabricado incumpliendo los protocolos sanitarios, lo que no solo impedía su eficacia contra el coronavirus, sino que además podía acarrear nuevas patologías al ser utilizado.

El presidente del Observatorio del Comercio Ilícito, Ricardo Mewes, señaló que se trata de una situación preocupante y que afecta en distintas dimensiones. “Estas bandas criminales están aumentando los riesgos de forma irresponsable al jugar con la desesperación de las personas que ven la oportunidad de adquirir productos como el alcohol gel, pero que al ser falsificado no actúa eficazmente contra el COVID-19”.

En la misma línea, personal de carabineros ha incautado medicamentos, mascarillas y guantes quirúrgicos, que se comercializaban de manera informal en ciudades como Concepción, Viña del Mar y Calama. “El riesgo de adquirir estos productos en el comercio ilícito, radica en el tipo de manipulación a la que se enfrentan. En el mejor de los casos, si los medicamentos que se comercializan fueran los originales, y no los falsificados, éstos deberían cumplir una serie de condiciones mínimas de almacenamiento que, por supuesto, la exposición a la intemperie sin duda vulnera”, explicó Mewes.

El líder del Observatorio del Comercio Ilícito también hizo hincapié en el daño que se está haciendo al comercio establecido, que ya venía afectado tras el estallido social del 18 de octubre. “El comercio establecido está solidarizando con este problema país, y muchos de ellos han decidido cerrar sus locales hasta nuevo aviso para proteger a sus trabajadores y clientes, o bien han extremado las medidas de higienización de sus locales. Muy distinto a lo que se observa en las calles, pues al crimen organizado no le importa contar con medidas de sanitización ni le preocupa exponer al virus a su red de vendedores, clientes y transeúntes”.

La presencia de las redes organizadas contribuye a agudizar la crisis económica por la que está pasando el país, y aún más para el comercio que tras el estallido social, cerró el último trimestre de 2019 con una caída histórica del 13% en sus ventas presenciales.

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