Desde que asumí la presidencia de la CONAPYME en octubre de 2018, no obstante haber sido elegido en agosto del mismo año, traté de generar una agenda de trabajo que permitiera a esta entidad contar con sede propia, reformar y modernizar sus estatutos, incorporar a nuevos socios y participar activamente en las propuestas legislativas que afectaran al mundo de las MIPYME.

No obstante, el entusiasmo con que enfrentamos estos desafíos, al poco andar nos encontramos con problemas que dan cuenta de la falta de representatividad y transparencia que esta organización gremial padece. A modo simplemente ejemplar, hasta el día de hoy esta presidencia no tuvo acceso a documentación fidedigna en materia financiera contable que permitiera realizar balances, es más, encargada una auditoría externa, se pudo constatar que ninguno de los antecedentes entregados contaba con respaldos que dieran justificación de cómo se habían invertido o gastado los ingresos y, menos aún, existía alguna justificación de los retiros de los cuales se daba cuenta.

Producto de lo anterior, esta presidencia remitió los antecedentes y solicitó documentos al Ministerio de Economía, el cual, hasta la fecha no ha respondido a lo solicitado ni ha efectuado un proceso de fiscalización que permitiera dilucidar la entrega de balances incompletos o bien entregados y firmados por personas que no detentan la representación legal de la CONAPYME. De esto último, nos enteramos por la documentación que el propio ministerio nos remitió, sin que hubiese iniciado un proceso de fiscalización ante documentación recibida sin los requisitos que la misma ley establece y que fija las competencias de dicho ministerio.

Es por lo anterior, que con esta fecha hago efectiva mi renuncia a la presidencia de la CONAPYME, por cuanto en dicha entidad no existen las garantías para manejar un proceso de elecciones así como también carece de la representatividad que se atribuye, y si a esto le sumamos que  hay materias en discusión tan relevantes como la reducción de la jornada laboral, reforma previsional, modernización tributaria, entre otras, que no es posible abordar desde la CONAPYME, dada la precariedad y la falta de representatividad que le afectan, salvo la CONFEDECHTUR y el gremio que presido, basta con analizar el perfil de sus asociadas para entender claramente la incapacidad para discutir las materias que el mundo de las MIPYME debe enfrentar.

MARCOS CARTER BERTOLOTTO

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