Pese a que el inhalador es uno de los productos más utilizados en el tratamiento de problemas respiratorios y broncopulmonares durante el invierno, las cifras que se manejan a nivel médico indican que sólo un 12% de los adultos saben cómo usarlo correctamente, desaprovechando así el potencial del dispositivo.

98787Actualmente los inhaladores más populares son los presurizados y, en menor medida, los de polvo seco, los que se utilizan para el asma y la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), aunque también se recomienda en cuadros de hiperrespuesta bronquial. En todos estos casos, el error más frecuente es no usar la aerocámara o máscara del inhalador.

“Los principales problemas se generan cuando los adultos no usan la máscara y, aplican el inhalador directamente en la boca. Si no hay coordinación entre la presión del inhalador y la respiración, aumenta el riesgo de que todo el medicamento quede esparcido en la parte interior de la boca y en la faringe, sin llegar a las vías respiratorias”, aseguró el Dr. Ricardo Bravo, médico broncopulmonar del Centro Médico RedSalud de Maipú.

Una de las razones que llevaría a los pacientes a no usar la aerocámara es la vergüenza, sin embargo, el especialista aconseja no dejarse llevar por lo que otros puedan pensar o decir y, a cambio, preocuparse por un correcto uso del inhalador.

“A veces es difícil quitar los estigmas de una persona que debe usar este dispositivo y eso los lleva a no usarlo bien. El problema que eso genera es que la acción del medicamento no va a ser ideal. Mi recomendación es dejar la vergüenza a un lado y siempre usar la aerocámara”, recalca el doctor.

En ese sentido aclara que para un correcto uso se debe acoplar la máscara a la boquilla del inhalador y se debe presionar la máscara contra la cara para evitar dejar espacios abiertos donde el medicamento pueda salir. Con todo eso, la idea es respirar por la boca y no por la nariz.

“También es frecuente que las personas no agiten debidamente el inhalador antes de aspirar su contenido. Este movimiento es clave, ya que permite mezclar el medicamento con el gas que trae. Al no batirlo antes de usarlo, podrían terminar sólo aspirando el excipiente y no el medicamento”, advirtió Bravo.

Otro error que suele cometerse es no aspirar el tiempo suficiente. “Hay muchos estudios que difieren del tiempo aproximado de la aspiración, pero aún así se ha llegado a la cifra promedio de cinco segundos. Ese tiempo es lo recomendable, aunque también hay que tener claro que un paciente con insuficiencia respiratoria puede tener problemas para retener esos cinco segundos. En ese caso, lo ideal es que contengan la respiración la mayor cantidad de tiempo que puedan”, agregó Bravo.

Por último, el experto en enfermedades respiratorias entregó algunos consejos sobre cómo cuidar tanto el inhalador como la aeromáscara. “Es importante no exponer el dispositivo a temperaturas extremas, limpiar el soporte de plástico que permite la propulsión de los gases una vez por semana y, realizar aseo de la aeromáscara con una solución jabonosa para garantizar la higiene, también con una frecuencia de una vez a la semana”.

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