Con mucha sorpresa, hace unos días, vimos como los principales canales de televisión cubrían un hecho inédito en nuestro país, llevado adelante por los tribunales de familia de Calama, donde un juez de esa entidad prohibió el uso de celulares en el Colegio Jorge Alessandri de dicha ciudad. A raíz de lo mismo, hay que señalar la importancia de este hecho, más allá de que lo encontremos acertado o inadecuado, más allá de que se instale la discusión de si los tribunales de Familia deben o no intervenir en las resoluciones o normas de uno o más colegios en nuestro país, de que si a raíz de una resolución como esta bajarán los índices de bullyng o violencia en los establecimientos, etc. Uno de los aspectos importante de esto, es que a partir de esta acción del Juez de Familia, Jorge Saavedra, podemos abrir un debate relacionado al uso de celulares y su consecuencia en los niños, pero también en las relaciones humanas a cualquier edad, ya que no es un error decir que hoy por hoy, un gran porcentaje de personas de esta parte del mundo conviven veinticuatro siete con sus aparatos digitales, así es, los humanos chilenos se despiertan, desayunan, caminan, almuerzan, conviven, trabajan, manejan, se acuestan y duermen con sus teléfonos, lo que claramente los aleja de los sucesos “reales” que se producen a su lado a cada momento. Donde está lo peligroso de este tema, efectivamente, en aquellos datos que no todo el mundo maneja, por ejemplo en el alto porcentaje a nivel mundial de suicidios, accidentes y muertes, causados por los teléfonos celulares, en la poca atención que ponemos sobre el tema en lo cotidiano, en como dejamos que nuestro cerebro se vaya “atrofiando” producto de la acción digital, en la poca información sobre el tema que hay en los medios masivos, en la poca conciencia con nuestros niños, la inconsciencia de las grandes empresas del rubro que bombardean y bombardean con productos y nuevos productos para producir millones de adictos a lo ancho del mundo, sin pensar en nada más que los beneficios comerciales que esto les instala, bueno no podríamos esperar conciencia de parte de las empresas, es como esperar que las eléctricas se apiaden de la gente y dejen de subir tarifas de forma arbitraria porque no pudieron instalar sus famosos medidores “inteligentes” o so pretexto de alzas mundiales, pero en fin, este es el mundo que nos tocó vivir y habrá que aprender a sobrevivir en él, porque de eso se trata, sobrevivir.

Volviendo a lo nuestro, de acuerdo a estudios realizados por expertos, ante la creciente preocupación por la acción digital, se ha establecido un nuevo concepto que trata de envolver los diferentes efectos de los teléfonos y la acción digital en los seres humanos y este es la “demencia digital”, concepto instalado por el psiquiatra neurocientífico Alemán Manfred Spitzer, quien señala que el uso adictivo de los medios digitales disminuye las  capacidades cognitivas y de memoria de las personas, Spitzer nos habla sobre la preocupante teoría de que pasar mucho tiempo con medios digitales, nos lleva a pensar menos y almacenar menos y en eso tiene mucha razón, ya que si consideramos las palabras del neurocientífico y hacemos algunos ejercicios simples, nos daremos cuenta que el hombre no está muy lejos de la realidad con lo que señala, por ejemplo, hace un tiempo tuve la mala experiencia de perder mi teléfono celular, donde como todos, tenía registrados todos mis contactos, todos, ¿porque me detengo en la palabra “todos”?, porque como buena esposa, tenía el número telefónico de mi pareja, con quien convivo todos los días de cada año, hace más de catorce años y cuando perdí mi celular no tuve como comunicarme con él, ¿porque?, claro, no recordaba el número de su teléfono, de la persona con quien he estado viviendo por más de catorce años!, es decir mi cerebro entrego toda la pega de almacenamiento al famoso aparatito, el cuál al perderse se llevó con él, aparte del dolor de cabeza de no poder contar con los números de contactos, mi desnudez y fragilidad al no contar con él. También leí por ahí, algo que comparto, relacionado al GPS, “gire a la derecha, siga durante 2 kilómetros, gire a la izquierda, ha llegado a su destino”, así es, este aparato nos ha simplificado tanto la vida, que a causa de él estamos perdiendo nuestra capacidad de resolver y orientarnos, si se dan cuenta, sin este aparato teníamos que pensar y sacar conclusiones para llegar a nuestro destino, o sea poner en acción nuestro cerebro, ahora solo tenemos que estirar un poco el brazo y apretar un botón y dejamos que nos lleven a nuestra suerte sin mayor esfuerzo, que decir de Google, ahí está, tan solo con un click tenemos acceso a casi todo lo necesario, para que leer un libro, si ahí está el resumen, para que desgastarnos si podemos encontrar los famosos tutoriales, es decir el mundo digital está entrando cada día más en nuestras vidas y la vida real se va modificando a su criterio, mientras tanto nuestro cerebro “descansa” o más bien, se atrofia.

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Pero eso no es todo, de acuerdo a lo señalado por el psiquiatra, el hecho de la poca necesidad de trabajo mental que nos aportan las nuevas tecnologías, hace que disminuyan nuestras capacidades de concentración, disminuyendo así las capacidades de análisis y razonamiento en general, lo que genera otros efectos en nuestro organismo, como es la diabetes, obesidad, hipertensión, etc., de igual forma, cuando nuestro cerebro trabaja, somos intelectualmente eficientes, pero cuando esto no es así, es decir dejamos las acciones a los aparatos digitales, aportamos a sentirnos más deprimidos e incompetentes. Y como último dato, estudios señalan que cada vez más jóvenes entre 20 y 30 años, se ven afectados por “problemas de memoria”, según sus propias conclusiones, sin embargo, el tema es más claro, es solo falta de ejercicio mental que ha sido sustituido por las nuevas tecnologías, un asunto para preocuparse y no dejar que las cosas sigan así, claro está que no podemos desechar los avances y las nuevas tecnologías, lo importante es ubicarlas en su justa dimensión. Por lo pronto y a propósito de esto, me pregunto, ¿en el parlamento estarán ocupando mucho los teléfonos celulares y computadores?, puede ser una respuesta para la falta de conciencia en busca de soluciones a los problemas medulares de nuestra sociedad, frente al aumento de sueldos de los parlamentarios, frente a los seguros millonarios en el congreso, frente a lo que parecen intervenciones descaradas de parlamentarios en temas que les indica su conveniencia, en fin, algo se está atrofiando en el congreso. Por lo pronto tenemos que agradecerle al Juez Saavedra del juzgado de Familia de Calama, el que sin querer queriendo, como diría el chavo del ocho en aquellos memorables capítulos, el que haya puesto el tema de los teléfonos celulares en la palestra, más allá que esté acertado o equivocado en la acción, claramente nosotros no hemos llegado a ninguna conclusión a ese respecto y ese problema en particular, pero lo que sí logramos, es no dejar que nuestro cerebro se siga atrofiando y hemos aprendido que existe un concepto que no debemos olvidar ni perder de vista como es la “DEMENCIA DIGITAL”.

Jack Regal

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