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Se sabe positivamente que fueron los Incas quienes imprimieron acelerado progreso en todas las zonas conquistadas por ellos. Desde los primeros intentos de dominación y en la medida que avanzaban construían senderos, establecían sistemas de “tambos” para los Shasquis y viajero, enseñaban sistemas de regadío y desde de aquella lejana época se conoce “la chacra de medias, que perdura hasta época actual. Por otra parte introdujeron el maíz, cuyo cultivo dio excelentes resultados, el poroto pallar el más sabroso de todas las variedades conocida cuya producción se hacía en gran escala hasta hace poco tiempo en los terrenos ribereños del Cachapoal. Fue en esa zona donde precisamente Los Incas tuvieron la más tenaz resistencia en sus primeras manifestaciones de dominación. Se relatará en las palabras del sacerdote, don Elías Lizana, historiador y autor del libro “Apuntes para la Historia de Guacarhue y Pencahue de Talca” (1906). Dice el historiador; “A mediados del siglo XV dos poderosos Imperios gozaban de la primacía del continente Americano, Méjico (Los Mayas) y El Perú (Los Incas). El Inca Yupanqui, omnipotente Inca del último de estos reinos. Levanto poderosos ejércitos que, como los del Alejandro El Grande, sometían a la autoridad de sus Monarcas los reinos que visitaban. Llegaron a Chile, por la fertilidad de sus valles y la riqueza de sus minas, había despertado la codicia en el corazón de los Incas. Yupanqui fue traído como un Dios en hombro de sus vasallos hasta el desierto de Atacama. Se estableció con su corte, confiando el mando de su ejército al príncipe Singuirruca, quién avanzó hacia el Sur de Chile con el ánimo de no detenerse, hasta establecer el dominio de los Incas en los confines más australes del continente. El generalísimo Inca Singuirruca, llegó victorioso hasta los márgenes del Cachapoal. Este era el lindero norte del país de los Promaucades, habitados por tribus belicosas y celosas de su independencia y de la integridad de sus territorios. Las pretensiones del Inca Singuirruca fueron transmitidas con la prontitud del rayo a los aborígenes de valle, como a los de las selvas y de las montañas. Al verse amenazada su territorio los Promaucades se unen y se concentran en las mediaciones del Cachapoal. En vano Singuirruca intento seducir con promesas y subyugar con amenazas a los valientes Promaucades. Estos designaron al Toqui que debía responder a sus compatriotas del éxito de la jornada. El Inca trató de pasar el Cachapoal pero ahí fue detenido por los aguerridos Promaucades. La fiereza de los ataques obligaba a Singuirruca a retirarse al norte del río Cachapoal.

Es indudable que en esta acción bélica tuvieron especial los loncos Licancheu, Cachapoal, Panquehue, Y Corcolén, estos tres últimos aparecen como protagonistas de la “Leyenda El Sol Pintado de Malloa”, junto al Nunco y La Tralana. Se dice que el Inca Huáscar se habría radicado en Malloa, luego de haber sido destronado por Atahualpa Atavaliva, se agrega que los siete soles grabados en el “Cerro Sol Pintado” en la localidad de Malloa, corresponderían a los siete años del reinado del Inca Huáscar (1526-1532).

Tupac Yupanqui (1430-1470), dejó su territorio extendido hasta los márgenes del río Loco (Cachapoal). Luego el Inca Huayna Capac hijo y sucesor de Yupanqui (1471-1520). Venciendo numerosas dificultades hizo a Chile una nueva campaña para asentar la conquista y para adelantar a otras provincias, más lejanas de aquellas que su padre había sometido. Al cabo de algunos años los Incas habían llegado hasta el río Maule, que constituyó el límite de su conquista. No pudieron seguir adelante, porque los araucanos pusieron tenaz resistencia al avasallador ejército de los Incas en una  encarnizada batalla de Reinohuelen que habría durado tres días. Ahí se peleó por la honra y la libertad con tanto denuedo que, al tercer día, los Incas se retiraron a su campamento y los araucanos al suyo. Algunos permanecieron a la defensiva porque según el escritor, Garcilazo  la mitad de los combatientes habían perecido y la mayor parte de los sobrevivientes heridos. El resultado de esta indecisa batalla fue que “Los Hijos el Sol” pusieron término por aquel lado a su conquista y los promaucades que pelearon junto a sus hermanos araucanos se abstuvieron de molestar a sus poderosos vecinos. Pero es necesario agregar algo más, muchos de los Promaucades que no aceptaron la dominación de los Incas se fueron al Sur del río Maule y se estrecharon en un fuerte abrazo con sus hermanos araucanos, fundiéndose en grupo fuerte, viril y libertario. Los que aceptaron la dominación se quedaron en el primitivo territorio y se le denominó “huincas”, de donde viene aquello del “buen huinca” que significa sometido.

Los Incas que fueron soberanos en el territorio que incluyó al país de los Promaucades fueron los tres últimos del Imperio Inca, esto es, Huayna Capac, Huáscar y Atahualpa Atavaliva, todos ellos fueron Monarcas también de esta zona. Sus ejércitos de ocupación que, en algunos casos, sobrepasaron los diez mil hombres, ejercieron notable influencia en las costumbres y sistemas.  (Fuente, Crónica de Rengo).

Fernando Zapata Abarca

Encargado Oficina Pro-Museo Histórico Municipal de Rengo.

 

Rengo, Noviembre 2018.

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