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Hoy lunes 10 de septiembre, se conmemora el día mundial de la prevención del  suicidio, fecha en la que se fomenta en todo el mundo planificaciones estratégicas y compromisos de los servicios de salud, con el fin de disminuir gradualmente el riesgo.

Uno de los pioneros en la contribución de estudios relacionados con el suicidio fue a fines del siglo XIX, por el sociólogo francés Emile Durkheim en su obra “El Suicidio”. Este autor considera que el suicidio es un fenómeno individual que responde esencialmente a causas sociales, menciona que la sociedad presenta ciertos síntomas patológicos, ante todo la integración o la regulación social que a veces es excesiva y otras insuficiente del individuo en la colectividad. Por lo tanto define el suicidio como un hecho social.

Tras largos estudios sociológicos y psicológicos con este fenómeno en el ámbito de la psicología aparece Edwin Shneidman (1918-2009) quien acuño el concepto de suicidología como una disciplina nueva de estudio. Con sus escritos logra obtener la atención pública y política sobre este fenómeno y sus graves consecuencias sociales, así, en el año 2003 el suicidio se declaró como un problema de salud pública por la OMS (Organización Mundial de la Salud).

Según datos de la OMS aproximadamente un millón de personas se suicidan cada año y en muchos países, el suicidio es una de las cinco primeras causas de muerte entre las edades de 15 a 19 años. La OMS menciona que para el 2020 Las muertes por suicidio podrían bordear unos 1.5 millones de personas. En Chile, según datos del MINSAL, se suicidan aproximadamente 10 personas cada 100.000 habitantes. Chile presentó un incremento progresivo en la tasa de suicidio entre el año 2000 y 2008, llegando a 12.9 por 100.000 habitantes. Desde entonces las tasas han bajado, siendo actualmente 10.2 por 100 mil habitantes.

En Chile se encuentra en desarrollo el programa nacional de la prevención del suicidio con acciones concretas en: sistema de vigilancia de la conducta suicida, programas regionales intersectoriales de prevención del suicidio y capacitación al personal de salud. Algunas de las acciones eficaces han sido la restricción al acceso del uso de armas y venta de plaguicidas. Además de un buen tratamiento para la depresión, del consumo de alcohol-drogas y el seguimiento de pacientes con riesgo suicidal.

Algunos signos de alerta son los siguientes: Tendencia al aislamiento, cambios bruscos en el humor, verbalizaciones con ideas deseadas de muerte, comportamientos autodestructivos (alcohol en exceso, propinarse cortes en el cuerpo, uso de drogas), síntomas depresivos (ejemplo: falta de energía, pérdida de interés en las cosas que disfrutaba, tristeza, llanto frecuente, alteraciones severas en la conciliación del sueño, etc.)

La prevención del suicidio debe ser una responsabilidad social, todos podemos intervenir frente a esto, lo importante es estar atento a las señales y solicitar apoyo profesional en los centros de salud. Recuerde que las personas con ideas o conductas suicidas son personas que sufren y que requieren un acompañamiento efectivo y a la brevedad. EL SUICIDIO SE PUEDE PREVENIR.

ALEX RAMÍREZ ORTIZ

PSICÓLOGO

SECRETARIO GENERAL CONFUSAM O´HIGGINS

 

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