Centro presta un servicio invaluable gracias a la solidaridad de ciudadanos alemanes que se involucraron de manera positiva con las familias de menores en riesgo social.
Centro presta un servicio invaluable gracias a la solidaridad de ciudadanos alemanes que se involucraron de manera positiva con las familias de menores en riesgo social.

Sin duda para muchos de nosotros el nombre de Jaques Sevin puede ser desconocido, pero eso no ocurre en la región de O´Higgins, lugar en el que se encuentra un centro que lleva su nombre en la comuna de Graneros.

Jaques Sevin fue un sacerdote jesuita francés con una vida al servicio de la sociedad, considerado como uno de los “padres” de los Scouts Católicos de Francia, llevó adelante una vida de sacerdote con especial preocupación por los más desposeídos, promoviendo la vida en comunidad y la ayuda al prójimo. Su legado ha trascendido fronteras y prueba de ello es el centro abierto que lleva su nombre en Graneros.

El Centro Jaques Sevin se ubica en el corazón de la población Domingo Yáñez de Graneros, y atiende a 35 menores en riesgo social, cumpliendo una labor de enseñanza y cuidado mientras sus padres y madres trabajan (muchos de ellos en faenas de temporada), pudiendo retirarlos luego de sus extensas jornadas.

En la casa habilitada para acoger a los menores las tareas se las dividen cuatro profesionales; una profesora, una orientadora y dos técnicos en educación, quienes tienen por misión entregar diversas tareas a los niños, niñas y adolescentes que van desde los 5 a los 16 años. En el lugar son atendidos no sólo menores de la población Domingo Yáñez, sino que también, menores provenientes de varias poblaciones del sector sur de Graneros.

El Senador Juan Pablo Letelier, llegó al lugar la semana recién pasada para conocer lo que allí se realiza, además de colaborar y tratar de generar las redes necesarias para que se asegure su continuidad, señalando que “es increíble la labor que desarrollan las personas en este lugar, y es a la vez lamentable que deban recurrir a la buena voluntad para llevar adelante tan significativa tarea. El Centro funciona gracias a los aportes de un ciudadano Alemán y han debido transitar en sedes vecinales antes de llegar a esta casa”.

En ese sentido Bárbara Corbalán, orientadora del Centro dijo que “efectivamente este año nos propusimos arrendar esta casa para llevar adelante nuestra tarea, ya que peregrinar de una sede a otra era muy complejo para nosotras y los niños, encontrándonos hoy con la problemática del pago de arriendo, luz y agua, además de artículos de escritorio, motivo por el cual nos acercamos al Senador Letelier para que nos pudiese apoyar y orientar”.

La idea explicaron ambos es primero apoyar con lo más urgente, además de conseguir el apadrinamiento de alguna empresa de la zona para el costear el arriendo, y junto a ello cubrir las necesidades de mejorar el mobiliario que no es el adecuado (debiendo conseguir incluso sillas con los vecinos), los materiales educativos y artículos de aseo entre otros.

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