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Por: Marcela Ragni Vargas Jefa de Carrera Técnico en Enfermería IP-CFT Santo Tomás Rancagua

Este 25 de abril se conmemora el Día Mundial del Paludismo. Esta enfermedad, también conocida como Malaria, es de notificación obligatoria inmediata, potencialmente mortal. Es causada por parásitos que se transmiten al ser humano por la picadura de mosquitos pertenecientes al género Anopheles, infectados por especies del género Plasmodium.

La Malaria se puede transmitir también por vía congénita y por transfusiones sanguíneas. Los síntomas iniciales son inespecíficos y similares a los de una enfermedad vírica leve (resfrío), existiendo recuperación total si el tratamiento es efectivo y oportuno. En caso contrario, la enfermedad progresa con uno o más de los siguientes signos: acidosis metabólica, anemia grave, hipoglucemia, insuficiencia renal aguda, edema pulmonar agudo o coma. Sin tratamiento, la Malaria grave es mortal en la mayoría de los casos.

Según el Instituto de Salud Pública (ISP), quien mantiene una vigilancia activa de la enfermedad, en Chile han existido en últimos años casos relativamente esporádicos relacionados a retornantes viajeros (casos importados) de lugares como Brasil, Perú, Colombia, Ghana y África. Durante 2011 y 2014, se confirmaron 20 de estos casos.

Desde el año 1936, existen registros de presencia de la parasitosis en la provincia de Tarapacá: 24 casos en el período 1945-1988 y 66 casos en período 1980-2001, con una mortalidad de 7%. En 1984 se detectaron cerca de 2.000 focos y en el año 2010 se describió su presencia en muestras procedentes de la Región de Atacama. En el año 2013, se encontraron especímenes entre los pueblos de Tarapacá y Huaraciña, ubicados en la Quebrada de Tarapacá.

A nivel mundial, aún sigue provocando daños mayores, donde se estimó una incidencia de Malaria de alrededor de 212 millones de casos al año 2015, y cerca de 400.000 muertes principalmente en niños menores de 5 años. Las cifras en relación a años anteriores indican que su mortalidad se ha reducido un 29%. Gran parte de este éxito en su disminución, según el ISP, se debe al control del vector. Sin embargo, el desarrollo de resistencia a algunos insecticidas usados y los costos de desarrollo de nuevos productos o campañas de control basadas en insecticidas, señalan la necesidad de enfoque integral en lugar de depender de un único método de control.

Para colaborar en la conmemoración del Día Mundial de la Malaria, la OMS pone énfasis en la prevención como estrategia fundamental para reducir los daños causados por esta enfermedad. Aporta a la educación de las medidas básicas de control vectorial y las estrategias preventivas dirigidas a los grupos de riesgo más vulnerables en los países afectados, como las estrategias de gestión ambiental para reducir o eliminar los criaderos del vector, mejora de los proyectos de desarrollo de diseño u operación de los recursos hídricos; y el uso de controles biológicos (por ejemplo: larvicidas bacterianos y peces larvívoros).

El Programa Mundial sobre Paludismo mantiene la iniciativa T3: pruebas diagnósticas (test), el tratamiento (treat) y la vigilancia (track). Esto indica que en todo el país se hace necesario velar porque todo caso presunto sea sometido a estudios diagnósticos, todo caso confirmado sea tratado con antipalúdicos de calidad garantizada y la enfermedad sea objeto de seguimiento, mediante sistemas de vigilancia oportunos y precisos, a fin de orientar las decisiones de política y operativas siguientes.

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